lunes, 30 de mayo de 2016

LEVANTANDO PASIONES


Desata la euforia más salvaje, la tristeza más inconsolable, te hace realizar enormes esfuerzos económicos, discutir con amigos, con familiares, vestirte como un imbécil y hasta perder la vida en los casos más extremos. Aunque parezca mentira, hablo del futbol. Si, de un juego que dejo de serlo para convertirse en deporte. De un deporte que dejo de serlo para convertirse en negocio. Negocio que mueve tal cantidad de dinero que prácticamente obliga a los medios de comunicación a vendérnoslo como el mayor espectáculo del mundo. Gladiadores dejándose la piel sobre el césped para vencer al enemigo.

Pero, ¿de verdad es apasionante? Yo creo que la pasión que desata no la da el juego en sí. La da el enfrentamiento, el pertenecer a uno de los bandos. El ganar o perder. El juego en sí, suele ser hasta aburrido en la mayoría de los partidos. Al final, lo importante no es el juego. Tampoco lo es el deporte. Lo importante es el negocio.

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