viernes, 30 de septiembre de 2016

CUANDO EL MIEDO SE CONVIERTE EN FOBIA


Mi experiencia laboral me ha obligado a conducir bastante. Primero porque  estuve unos años trabajando bastante lejos de mi lugar de residencia y en otro de mis empleos, durante los años más duros de la crisis, fui comercial, viajando por toda Castilla-León.

Me encantaba conducir, me relajaba muchísimo. Sobre todo de noche. Me ponía la radio e iba pensando en mis cosas y admirando el paisaje.

De pronto un día me dio la sensación, como que el coche se me iba hacia el arcén. Fue un segundo. Como si me hubiera dado un pequeño mareo. Pero la sensación fue creciendo. Creía que podía perder el control en cualquier momento. Lo que antes era placentero, se convirtió en algo tortuoso. Hasta que una noche volviendo de una boda, me quede bloqueado por el miedo. Iba conduciendo por una autopista de 4 carriles, por el medio y a 70. Parecía que no podía mantener el coche en la carretera.

Acabe yendo al psiquiatra y tomando ansiolíticos. Pero, ¿sabéis que me curó? El no dejar de conducir. Aunque el miedo sea irracional, como era mi caso, nunca hay que dejar de luchar, no hay que rendirse. Puede que algún día vuelva a recaer, pero no me da miedo porque ya luche contra miedo y ya le vencí.

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