miércoles, 14 de septiembre de 2016

NOMBRAMIENTOS A DEDO: LO QUE NADIE VE.



Criticamos constantemente el sistema de colocar, a dedo, a multitud de cargos por parte del poder político. Puestos muy bien remunerados que, acaban siendo ocupados por amiguetes del político de turno.

La causa principal de este problema es, que exista una legislación que lo permita. Pero creo que esto es solo la punta del iceberg. ¿No os habéis fijado que nadie se pregunta si esa persona, independientemente como haya conseguido su puesto, hace bien o mal su trabajo? Podría darse el caso de algún Director General de alguna empresa pública, nombrado a dedo, haga un trabajo excelente y ahorre ingentes cantidades de dinero al erario público. ¿Eso le importa a alguien?

En cualquier empresa privada se te juzga en función de tu productividad. Si no produces, vas fuera. Pero en el sistema público no. Tanto si eres funcionario, como si no, parece que nadie vigila tu trabajo.

Está claro que nombrar cargos a dedo no es democrático, ni lícito. Pero tampoco lo es la falta de control sobre la eficiencia del personal que trabaja para la administración. Para mí, esto es mucho mas grave.

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