Estamos en vísperas de Todos los Santos, lo que ahora se llama Halloween. Cuentos de miedo, niños disfrazados y fiestas por doquier.
Lo que antaño era una festividad para homenajear a los difuntos y recordarlos, se ha convertido en una fiesta que celebra el mal, las tinieblas y lo maldito. Monstruos, vampiros, zombies y asesinos famosos campan a sus anchas por las calles de nuestras ciudades. Cuanto más terrorífico sea tu disfraz, mejor.
Esta festividad tiene origen celta. A finales de Octubre celebraban la finalización del verano (época de luz) y el inicio de la “estación oscura”. Según sus creencias, en este momento la frontera entre la luz y las sombras se difuminaba y los espíritus, tanto buenos como malos, podían pasar al mundo de los vivos.
Al final, otra festividad deformada hasta perder su espíritu y convertirse en un negocio. Si no que se lo pregunten a la Navidad….
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