viernes, 25 de noviembre de 2016

CUANDO LA INFORMACIÓN MATÓ A LA POLÍTICA


Muchas veces acusamos a los políticos de falta de sinceridad y de honestidad. Un día dicen una cosa aquí, mañana dicen lo contrario allá. Parece que ya no defienden ideas, si no que van diciendo lo que la gente quiere oír, en función de cual sea su público.

De este mal que asola la política en la actualidad la culpa la tiene la información o, mejor dicho, el exceso de información. Encuestas, sondeos, análisis políticos, estudios de opinión…información casi en tiempo real, analizada por un conjunto de asesores que aconsejan al político lo que tiene que decir, en función del público que va a tener. Hoy parece que estoy en contra de algo y mañana lo defiendo, porque estoy en otro foro y a ellos les viene bien que lo apoye.

Y nadie se da cuenta que ya no somos estúpidos. Que estamos hartos de políticos sin principios, sin valor, sin honestidad. Que no se puede, ni se debe, contentar a todo el mundo, porque a alguien estas engañando. Que un político tiene que mirar por el conjunto del país, no solo por el público que le escucha y que las decisiones que tome, si llega al poder, beneficien a la mayoría, aunque siempre pueden perjudicar a una minoría. Necesitamos políticos que nos digan la verdad, aunque duela, aunque sea difícil de asumir. Mirar hacia otro lado cuando tenemos problemas, nos los soluciona, los empeora. Si no, que le pregunten a Zapatero…

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