INEM: INEFICIENCIA EN ESTADO PURO

Ayer, el fondo monetario internacional volvió a darnos consejos de cómo manejar la crisis económica. Su receta, la de siempre: Subir impuestos, abaratar el despido y vigilar a aquellos que buscan empleo. Me voy a detener en esta última recomendación.

No sé si lo habré comentado alguna vez en el blog pero, en el momento culmen de la crisis, allá por el 2009, yo también estuve en el paro. No he visto una estructura administrativa tan monstruosa y tan poco eficiente en mi vida. Estoy seguro que la mayoría del presupuesto del ministerio de trabajo se va en prestaciones y en dar soporte a una administración que solo sirve para gestionar el pago de la prestación.

Estoy seguro que con el desarrollo tecnológico que existe en la actualidad, sería fácil gestionar el tema del pago sin necesidad de tanta burocracia. No veo la utilidad de ir a la oficina todos los meses para que te sellen el carnet del paro. Se supone que esa prestación la has generado durante tu vida laboral y que te corresponde. Que yo pierda una mañana allí todos los meses, no significa que esté buscando empleo activamente.

El problema de las oficinas de empleo es que solo sirven para sellar el carnet del paro. Su oferta de empleo es prácticamente nula y mal gestionada. A mí solo me llamaron una vez y era para un puesto de mecánico de motores y soy Filólogo Inglés. Es cierto que en mi experiencia laboral fui coordinador de servicio técnico en una empresa de maquinaria, pero yo gestionaba los recursos, no reparaba nada.

En cuanto a los cursos, son todos de una calidad deficiente y sin apenas bolsa de trabajo. Sirven principalmente para cubrir expediente, tanto para el parado, como para la administración.

Muy pocas empresas acuden a la agencia estatal de empleo a buscar trabajadores, porque el análisis de las aptitudes de los parados, de su experiencia y de su formación es inexistente. Además, las empresas tampoco valoran la formación recibida en los cursos del INEM porque saben que son de muy mala calidad y que están enfocados a cubrir expediente.

Algún político debería dejarse de estadísticas de empleo y de chorradas y sentarse a solucionar este desastre. Mejoren la eficiencia administrativa, ofrezcan cursos de mayor prestigio y seleccionen a los alumnos en función de sus capacidades y, sobre todo, mejoren en la gestión de los recursos humanos.

LA LEY DEL DESEO

En la naturaleza humana hay pocas cosas tan importantes, emocionalmente hablando, como lo es el deseo. Desear nos lleva a idealizar aquello que queremos. Puede ser un trabajo, una posición social, una casa, una persona…el deseo es capaz de transformar cualquier cosa. Es un cristal dorado que engrandece todo lo que mires a través de él.

Deseamos aquello que no tenemos y, cuanto menos lo tengamos, más lo engrandecemos. Más lo vamos convirtiendo en necesidad. Miramos al escaparate y nos vemos a nosotros mismos cumpliendo nuestra fantasía, nuestro sueño, y vemos lo plena que es nuestra vida. Y golpeas el escaparate con tus manos, llorando por estar ahí dentro.

El deseo puede ser lo más motivante del mundo, pero también lo mas destructivo. La vida que tenemos no es lo que hay en el escaparate, y todo el tiempo que lo estemos mirando, no miramos a nuestro alrededor. Y lo que nos rodea es nuestra vida. Corta, intensa y llena de matices.

 Cuando las cosas nos van mal, recrearnos en como seria nuestra vida si nos fuera bien, puntualmente ayuda, pero para cambiar nuestro destino no vale con mirar el escaparate, hay que esforzarse y luchar por conseguir los objetivos. El deseo es una de las sensaciones más placenteras, emocionalmente hablando, pero convertir los deseos en necesidades puede llevarnos a la frustración y a la desesperación.

PADRES DE HOY EN DÍA: SUMERGIDOS EN UN MAR DE DUDAS

El papel de los padres hoy en día es un tema que genera polémica. Quizás sea el exceso de información, o que somos una generación bastante competitiva, pero los padres de hoy en día damos la sensación de esforzarnos mucho por hacer bien las cosas, sin saber a ciencia cierta si las hacemos bien.

Todos tenemos como una especie de sentido de culpa que nos hace reflexionar constantemente si vamos por el buen camino, o no. Quizás seamos demasiado cariñosos, o quizás pasemos poco tiempo con ellos, o pasen demasiado tiempo enganchados a la tecnología, o pasen demasiado tiempo en la calle, o tengan demasiadas actividades, o quizás tengan pocas…¡un mar de dudas!

Todos queremos ser los padres perfectos y no nos damos cuenta que nadie lo es. Tenemos que hacerlo lo mejor que podamos, pero sin obsesionarnos. Los críos tienen una gran capacidad de adaptación que nosotros nunca tenemos en cuenta. Siempre los vemos como seres desvalidos que necesitan nuestra protección y nuestra guía y nos olvidamos que son personas. Personas con su propio carácter, con su inteligencia y sus capacidades. Lo que vale para el hijo de tu vecina, no tiene por qué ser lo mejor para tu hijo. Es más, lo que fue bueno para nosotros, no tiene por qué ser bueno para ellos.

Lo único que se nos puede exigir es que los eduquemos para que sepan distinguir entre el bien y el mal, darles cariño y, dentro de nuestras posibilidades, intentar potenciar las capacidades que tengan. Lo demás…sobra.

TRUMP Y LA GRAN MURALLA AMERICANA

Parece que no va a haber día sin polémica desde que “el Jesús Gil de América” llegó a presidente. Ahora estamos con el problema del muro con México.

Para Trump, el germen de la delincuencia en EEUU está en la inmigración. Esta es una idea que está muy extendida en muchos países con crisis económica. Sin ir más lejos, en España hay mucha gente que la defiende. Pero, traspasemos esta idea a nuestro país.

Es España un 10% de la población es inmigrante. Este 10% son inmigrantes censados, es decir, inmigrantes legales. Podemos suponer que entorno un 4% o 5% más habrá de ilegales. Estaríamos hablando, en total, de unos 5 o 6 millones de personas. De toda esta población, un 80% suele ser gente sin formación que huye de problemas económicos o de conflictos bélicos.

La mayoría de ellos acaban realizando trabajos, cuando tiene la suerte de conseguir uno, que no quiere nadie y que no requieren formación.

Si aplicásemos el razonamiento de Trump a nuestro país, podríamos llegar a la conclusión que, si no tuviésemos en España a aquellos inmigrantes sin formación, tendríamos más puestos de trabajo que podrían realizar los jóvenes, el grupo más afectado por el paro, para que lo compatibilicen con sus estudios, o como primer contacto con el mercado laboral. Además, todos esos jóvenes inmigrantes sin formación y con mucho tiempo libre, son caldo de cultivo para bandas y el mundo de la delincuencia.

El razonamiento tiene su lógica, no? Sin embargo no es correcto. El problema de la delincuencia es cultural y educativo. Cuanto mayor es el nivel educativo de una sociedad, menos delincuencia tiene. Además, las sociedades avanzadas tienen más dificultades para cubrir aquellos puestos de trabajo, aquellas tareas, que no requieran formación, por lo que necesita de mano de obra que esté dispuesta a cubrir los puestos.

En conclusión, la xenofobia y el racismo, no tienen nada que ver con el país de procedencia, ni con el color de la piel. Tiene que ver con el dinero que tengas en el bolsillo. Si eres africano, o árabe, o negro, pero eres actor de cine, o un rico empresario, o cantante famoso, tu procedencia o color importa menos.

Podrá construir todos los muros anti-pobres que quiera, pero si no invierte en educación, si no da esperanza a sus jóvenes y los mantiene ocupados, si siguen vendiendo una pistola a cualquiera, seguirá teniendo un problema de delincuencia que no lo para ningún muro.

LOS MALES DE LA HUMANIDAD: GUERRA, HAMBRE Y CANCER

Si tuvieras poder y pudieras acabar con alguno de los males de nuestro tiempo, ¿con cuál acabarías? Probablemente mucha gente elija acabar con el hambre, con las guerras o con el cáncer. Todas ellas son causa de una gran mortalidad en el mundo y parece que la muerte es el gran enemigo del ser humano.

A veces no somos conscientes que los recursos son finitos, que las materias primas se agotarán y que las comodidades de nuestro primer mundo no pueden ser extensibles al resto de la humanidad porque mataríamos al planeta.

En el año 1800, en el mundo había 1.000 millones de habitantes. En el año 2000 éramos 6.000 millones. Diez años después, en el 2010, la población creció hasta los 7.000 millones.

¿De verdad creéis que el mayor mal que tiene este mundo es el hambre, o la guerra? ¿Qué población tendríamos si estos males no existieran?

Somos una plaga para el planeta, al que arrasamos sin compasión. Destruimos la naturaleza, contaminamos mares, el aire, destruimos especies animales, modificamos el clima y seguimos multiplicándonos exponencialmente a pesar de las guerras y del hambre.

Pues, aunque el problema de la humanidad, y del planeta tierra, somos nosotros mismos, seguimos pensando que nuestra inmortalidad sería la solución de todos nuestros males.

Si algún día acabamos con el cáncer, con el hambre y con la guerra, salvaremos millones de vidas, pero perderemos millones de años de supervivencia.

UNA VIDA PERFECTA

Levantarte cada mañana para trabajar en lo que te gusta. Que tu motivación sea el propio trabajo en sí, no el dinero. Ir con ilusión, feliz porque eres lo que siempre has querido ser. Que el tiempo pase volando y que estés plenamente concentrado en tu trabajo.

En cuanto al amor, encontrar a tu media naranja. Alguien que esté a tu lado cuando te tengas que enfrentar a los peores problemas. Que te abrace cuando lo necesites y que te diga que todo va ir bien. Que te haga levantarte cada mañana para vivir nuevas aventuras, que te muestre un mundo que no conocías, dándote otras perspectivas. Que hace surgir la pasión y el deseo de la manera más inesperada, llenando tu vida de emociones.

Y qué decir de tu ocio. Conocer el mundo. Nuevas culturas, nuevos amaneceres. Descubrir lugares inhóspitos de belleza salvaje. Visitar monumentos, construcciones hechas por la mano del hombre, que te hacen sentir la grandeza y el potencial del ser humano.

Una vida llena, viviendo cada segundo con pasión, con emoción, aprovechando cada minuto que pasamos en este viejo mundo y convirtiéndolo en un recuerdo mágico. Que cuando llegue tu hora mires atrás y solo veas vida y que puedas afrontar la muerte con una sonrisa en los labios.

Es la vida que todos merecemos. Es la vida que casi nadie tiene.

AMERICANOS CONTRA LA DEMOCRACIA

Hace unos años comenzó el proceso de la mal llamada “Primavera Árabe”. La idea de llevar la democracia a esos países era buena, pero nadie se paró a pensar si estaban preparados para recibirla. Uno de los pilares en los que soporta la democracia es la aceptación por parte de los perdedores del resultado en las urnas. El no respetarlo es lo que ha provocado el caos en muchos países musulmanes.

Lo que me deja un poco descolocado es que esto mismo este pasado en EEUU. Si habéis leído un poco mi blog sabréis que Trump me da bastante miedo. Me parece un mediocre, un populista y que tiene muy malas pulgas. Pero lo cierto es, que gano las elecciones. Fue elegido por su pueblo y hay que respetarlo, porque en eso consiste la democracia. Probablemente en este tiempo lo haga terriblemente mal, pero la democracia tiene herramientas para reprobarlo, en caso que su gestión sea nefasta.

Creo que los americanos deberían dejar de manifestarse y de dividirse. Las urnas hablaron en noviembre y todos los americanos deberían respetarlo. Habrá que mantenerse vigilante a los movimientos del nuevo presidente, pero hay que dejarle trabajar.

Ya me asustaba que ganara Trump, pero más me asusta la sensación de “olla a presión” que da este mundo. Del rencor y de las diferencias no suele salir nada bueno y parece que el mundo tiende más a destacar lo que nos divide, que lo que nos une.

ALTERNANDO CON LA MUERTE

La mala fortuna ha hecho que, en estos dos últimos días, haya tenido que acudir a dos entierros, uno de un familiar y otro del padre de una amiga. Debido a las circunstancias no he podido escribir, pero si he tenido tiempo de reflexionar. No sobre la muerte en sí, pero si sobre el duelo.

Me he dado cuento de la importancia del velatorio para los familiares muy cercanos. Es cierto que, con la llegada de cada amigo o familiar, el círculo más cercano del fallecido se desmorona y vuelven a llorar y a contar como ha venido la muerte. A simple vista esto no parece bueno, pero el contar muchas veces la desgracia, ayuda a aceptarla. Ayuda a asimilarla, a asumir que ya no le verás más y que tu vida da un giro brutal.

El tiempo de duelo dependerá, no solo del cariño que tengas a esa persona, también influye la cercanía. Cuando fallece una persona que participa de tus rutinas diarias, es más duro porque le echas de menos cada día. Cuando el contacto no es diario, cuando no hay vida en común, sigue siendo muy duro al principio, pero tus propias rutinas van ayudándote a soportar el dolor y a asumirlo hasta que, con el tiempo, solo queden los recuerdos.

La muerte no es el fin del camino. Tu recuerdo, doloroso al principio, vivirá en las personas que participaron de tu vida. Intenta que ese recuerdo sea bonito.

AMANECIENDO

A veces hay días que el mundo parece una mierda. Un lugar oscuro donde cualquiera puede herirte. De pronto escuchas una melodía. Una música que acaricia tus oídos y te toca el alma. ¿Cómo, entre tanta oscuridad, puede haber alguien capaz de crear tanta belleza? Entonces ves ese rayo de luz, de esperanza. Y empieza a amanecer en tu alma. Y la oscuridad empieza a dejar paso a un crisol de colores. Y dejas de mirar al suelo. Y empiezas a mirar al cielo.

Hay esperanza. Hay tanta vida, tanto amor, tantas sonrisas esperándote a la vuelta de la esquina. Hay que abrir puertas y ventanas y dejar que la luz entre y lo bañe todo. Que el calor toque tu piel y que le viento se lleve los malos pensamientos.

Y todo empezó a cambiar con una canción. Hebras de vida y de amor que tejen melodías que llegan al alma. Sueños convertidos en música.

Gracias John Legend.  Gracias por “All of me”. Gracias por darme un AMANECER.  

LA JUSTICIA: ¿DEBE DE SER CIEGA?

La justicia siempre es representada por una dama con los ojos vendados y esa “ceguera” es una de sus características principales. Se supone que esto permite que se juzgue a todos por igual, sin importar credo, posición social, raza, sexo o afinidad política.

Hasta aquí llega la teoría. Pero, que es más eficiente, ¿una justicia ciega? Estaría bien que la ley se cumpliera sin interpretaciones. Que nadie tuviera ventaja en función de su posición social, o su poder político. Todos los días vemos a gente en los telediarios, que han robado y defraudado ingentes cantidades de dinero y siguen en la calle. Está claro que la justicia no es ciega, pero tampoco es bueno que lo sea.

Si fuera completamente ciega, no existirían los atenuantes. Si una madre robara comida para alimentar a sus hijos, se consideraría un delito y la mujer debería cumplir con la ley, independientemente de las condiciones que la llevaron a infringirla.

Entonces, ¿la justicia debe de ser ciega? En mi opinión no. Pero el problema que tenemos en este país es, que la ley se interpreta en función del juez y de la persona que es juzgada. Así podemos ver ladrones de guante blanco, que no pisan una cárcel y personas robando migajas por necesidad, que van de cabeza al trullo.

La justicia quizás no debe ser ciega, pero tiene ser justa, imparcial y efectiva.  

LAS CLAVES DE LA FELICIDAD: ASUMIR

Ya hace tiempo dediqué una reflexión a destacar lo positivo de asumir errores pero, dándole vueltas al asunto, me he dado cuenta que la clave está en el término “asumir” y no solo errores.

Cuando uno asume un problema, o un defecto, o una conducta o una enfermedad grave, es el primer paso para que las cosas cambien. Querer cerrar los ojos o mirar para otro lado en cualquiera de estas circunstancias siempre acaba generando tristeza, ansiedad e, incluso depresión. Además, “asumir” es siempre el primer paso para solucionar un problema, corregir errores, cambiar conductas o luchar por tu vida, en caso de enfermedades graves. Es esa tecla que nos hace cambiar la perspectiva de las cosas, que te pone de frente al problema y, conociendo el problema, siempre es más fácil dar con la solución.

Por ejemplo, muchas parejas, cuando están en crisis, prefieren mirar hacia otro lado, centrarse en otra cosa. Los niños, el trabajo o algún hobby. No quieren asumir el problema y, por lo tanto, no le están buscando una solución. Y las cosas que no se airean se van pudriendo y enquistando. Y, al final, cuando quieres asumir el problema (porque en algún momento lo asumes), ya es tarde. Si el problema tenía solución, debería habérsele dado antes y si no la tenía, habéis estado perdiendo un tiempo maravilloso.

La vida es muy corta. Hay que disfrutarla todo lo que se pueda, porque no tendremos otra oportunidad. Asume tus problemas, tus errores y tus defectos, soluciona aquellos que tengan solución y disfruta de la vida.

LOS ANDROIDES Y EL FUTURO DE LA HUMANIDAD

Ya voy por el capítulo tres de la serie Westworld. Para aquellos que no la conozcáis, está basada en una película de Michael Crichton del año 1973 sobre un parque de atracciones para adultos basado en el antiguo oeste americano. En él, robots con aspecto humano, recrean situaciones de aquella época.

La serie reflexiona sobre el concepto de humanidad. Sobre si una máquina, consciente de sus circunstancias, que piensa y siente, puede considerarse un ser vivo, aunque no lo sea. Pero yo quiero centrarme en la posibilidad de, que en un futuro cercano, se creen androides muy similares al ser humano.

Las grandes empresas tecnológicas (Google, Microsoft…) están invirtiendo mucho dinero en desarrollar inteligencia artificial. Probablemente, en la próxima década, veamos un progreso exponencial en esta materia.

Por otro lado, la construcción de robots asistentes es ya un hecho. Todavía son bastante rudimentarios y sus precios son prohibitivos, pero despiertan muchísimo interés y tienen un gran futuro.

No es ninguna quimera pensar que en los próximos veinte años los androides convivan con nosotros.

La verdad esta posibilidad me asusta un poco. Me asusta pensar cómo podría afectar al mercado laboral la llegada de “humanoides” que no se quejen y que trabajen de sol a sol sin problemas. Pero lo que me da más miedo es cómo va a afectar a las relaciones personales. ¿Quién va a querer tener una pareja imperfecta, cuando puede tener una pareja de belleza eterna, que hará todo lo que le pidas?

Quizás el ser humano se relacione con sus iguales por necesidad. Si tienes tus necesidades básicas cubiertas y tienes en casa alguien a tu lado que siempre te comprenderá, te hará reír cuando lo necesites, que nunca envejecerá y siempre será lo que tú quieras que sea y, además, tendrás la realidad virtual que te permitirá viajar a lugares inhóspitos o vivir experiencias únicas sin moverte del sitio, ¿para qué salir de casa?

Bienvenido al mundo perfecto, bienvenido al fin de la humanidad…

CUANDO NUESTRA VIDA ES MAS DIFÍCIL QUE LA DE NUESTROS PADRES Y ABUELOS

Seguramente esta sea otra reflexión que cause polémica pero, en mi humilde opinión, la vida es más difícil ahora que hace una o dos generaciones. Ojo, no estoy diciendo que vivamos peor que nuestros padres o abuelos.

Antes los conceptos vitales y los objetivos estaban claros. Un hombre debía echarse novia, hacer la mili, buscar un empleo, casarse y tener hijos. La mujer debía aprender las labores del hogar, buscar un buen marido y tener hijos. Vivías toda la vida en la misma casa y trabajabas en la misma empresa. Como decía Pink Floyd eras “another brick in the wall.”

Ahora todo está abierto. No hay normas, ni reglas. Vagamos por esta vida sin objetivos claros, buscándole algún sentido a las cosas. La gente clama por alguien que les guíe, que les den algún patrón que seguir. Buscamos la felicidad, pero no tenemos claro cómo conseguirla. El dinero, el amor, lo material, lo espiritual, la salud, el sexo…muchos conceptos abiertos, muchas opiniones al respecto, a veces encontradas y todas bien argumentadas.

La libertad abre muchos caminos y no podemos recorrerlos todos. El no saber si estamos en el correcto muchas veces provoca ansiedad, estrés y depresión. Esto son los males de nuestra generación. Ni mejores, ni peores que los de antes. Simplemente son los nuestros.

EL OCASO DEL SINDICALISMO

Hoy voy a confesar que no soy muy amigo de los sindicatos. Entiendo que realizan una labor imprescindible y necesaria como es la defensa de los derechos de los trabajadores, pero la forma en que lo hacen es la que me chirria.

Parece que para poder ser sindicalista debes de ser agresivo e imperativo en tus formas. Debes de representar una posición de fuerza y, a veces, esta imagen está reñida con el diálogo. Si no, que alguien me diga si los piquetes informativos en las huelgas les parecen dialogantes.

Además muchos de ellos se han aprovechado de los beneficios que el estado les ha concedido para desatender su puesto de trabajo, provocando que sus compañeros tengan que asumir más carga laboral.

Por otro lado, ha habido momentos en que se han instrumentalizado y convertido en representantes de partidos políticos, alejándose de una imparcialidad política que deberían representar.

Como representantes de los trabajadores deberían simbolizar la justicia social, la honestidad y, como no, el trabajo. Muchos de sus representantes no llegan a representar ninguna de las tres, formando parte de consejos de administración, sin dar un palo al agua y cobrando ingentes cantidades de dinero.

Hay que defender a quien lo necesita, velar por el cumplimiento de la ley y de los convenios vigentes y perseguir a los empresarios que abusen de su posición. Pero sobre todo, al igual que se está pidiendo en la política, hay que echar a todos aquellos que se han aprovechado de su posición privilegiada en el sindicato para medrar, pagar favores políticos, y aprovecharse de las ventajas laborales que dan la acción sindical.

LLEGAMOS A LAS 200 REFLEXIONES

Doscientas reflexiones ya. He tenido días mejores y días peores. Días en los que no sabía ni de que escribir y días en los que las ideas salían a borbotones. He tenido días en los que, en cinco minutos plasmaba una reflexión ingeniosa, y otros en las que las palabras no surgían.

Esto de escribir no es fácil. Y supongo que es más difícil cuando tienes una audiencia a la que complacer. Yo no tengo ese problema, porque apenas tengo lectores. En un año no he conseguido mejorar el número de visitas. Es más, creo que con el tiempo han ido descendiendo. Ahora mismo tengo una seis u ocho visitas diarias. Prácticamente soy invisible.

Ya hace tiempo asumí que no tengo tanto talento como creía cuando comencé con el blog. Incluso creí que esto se podría convertir en una fuente de ingresos extra. No para hacerme rico, pero si para proporcionarme doscientos o trescientos euros extras. ¡Iluso!

Seguiré escribiendo, aunque no me lea nadie. Por lo menos me sirve de desahogo y algo mejorará mi estilo. Y a aquellos que me leéis, e incluso habéis aportado algún comentario, muchas gracias. Es muy poético escribir palabras para que se las lleve el viento, pero es mucho mejor cuando sabes que ayudan a reflexionar a otras personas.

LA NUEVA POLÍTICA: DECOSTRUYENDO LA NAVIDAD

Si hay algo que me asquea de la “nueva política” es la utilización partidista de cualquier evento para hacer política. Me parece increíble que se intente utilizar hasta una cabalgata de reyes para hacer apología del secesionismo.

Creo que no es bueno convertir todo en política, porque la nueva política es el arte de poner todo en discusión y crear polémicas donde nunca las habíamos tenido.

La figura de los Reyes Magos es uno de los pocos reductos de magia que quedan para los niños. La tecnología y el exceso de información están matando la imaginación y dañando la inocencia que habita en ella. La navidad es para ellos algo increíble y el culmen es, esa cabalgata que ellos esperan con ilusión. Es su sueño hecho realidad. Ver como personajes mágicos y legendarios se vuelven carne y hueso.

Pues lo nuevos políticos no dudan en utilizar, hasta este reducto de magia infantil, para crear polémicas estériles. Ya escuché el año pasado que, en un ayuntamiento cercano a la capital, querían sacar en la cabalgara alguna reina maga. ¿Qué sentido tiene? Ellos esperan a Reyes, con sus barbas, con sus fastuosos trajes, con majestuosidad. ¿No son los niños los verdaderos protagonistas? ¿Por qué sembrar la duda en los niños?

Ya me costaba entender de pequeño porque Baltasar era un señor “pintado de negro”, porque complicarlo más todavía.

Ya me pareció increíble la extraña cabalgata del año pasado en Madrid, pero esto del nacionalismo catalán se lleva la palma.

Por favor, señores políticos, dejemos a los niños seguir siendo niños. No sembremos de dudas sus sueños. No los convirtamos en algo grotesco. No destruyan la magia. Por favor…