lunes, 30 de enero de 2017

LA LEY DEL DESEO


En la naturaleza humana hay pocas cosas tan importantes, emocionalmente hablando, como lo es el deseo. Desear nos lleva a idealizar aquello que queremos. Puede ser un trabajo, una posición social, una casa, una persona…el deseo es capaz de transformar cualquier cosa. Es un cristal dorado que engrandece todo lo que mires a través de él.

Deseamos aquello que no tenemos y, cuanto menos lo tengamos, más lo engrandecemos. Más lo vamos convirtiendo en necesidad. Miramos al escaparate y nos vemos a nosotros mismos cumpliendo nuestra fantasía, nuestro sueño, y vemos lo plena que es nuestra vida. Y golpeas el escaparate con tus manos, llorando por estar ahí dentro.

El deseo puede ser lo más motivante del mundo, pero también lo mas destructivo. La vida que tenemos no es lo que hay en el escaparate, y todo el tiempo que lo estemos mirando, no miramos a nuestro alrededor. Y lo que nos rodea es nuestra vida. Corta, intensa y llena de matices.

 Cuando las cosas nos van mal, recrearnos en como seria nuestra vida si nos fuera bien, puntualmente ayuda, pero para cambiar nuestro destino no vale con mirar el escaparate, hay que esforzarse y luchar por conseguir los objetivos. El deseo es una de las sensaciones más placenteras, emocionalmente hablando, pero convertir los deseos en necesidades puede llevarnos a la frustración y a la desesperación.

No hay comentarios :

Publicar un comentario