lunes, 3 de abril de 2017

VIENTOS DE CAMBIO


No sé si será común a todos los países, pero detecto una sensación de hartazgo en la gente. Estamos cansados de los políticos, del buenísimo, de la tecnología, de la economía, de Trump, de lo políticamente correcto, de los nacionalistas…Son como cientos de temas recurrentes que se nos hacen bola y nos saturan.

Quizás estemos en un final de ciclo. Nunca hemos sabido mantener el equilibrio y hemos pasado de épocas de rígidas normas y de control, a etapas de más libertad, que al final se van tornando en libertinaje y acaban imponiéndose las normas de nuevo.

Ahora estamos en una época de contrastes. Se supone que vivimos en una época de libertad en la que uno puede ser lo que quiera, pero no puedes decir lo que quieras. Como te descuides, te meten en la cárcel por enviar unos tuits poco acertados.

Cada día encumbramos y relegamos gentes. Todo muy rápido. Todo es viejo al minuto. Las mentiras se convierten en verdades y las verdades en mentiras. No hay tiempo de pararse a pensar y a reflexionar. Todo se hace con la intención de impresionar. Que esa noticia, esa entrada de Facebook, ese tuit, ese blog destaque por encima del resto. No importa que sea verdad o mentira, importa el minuto de gloria. Las visitas, la popularidad. Todo está vacío de contenido. Solo nos dedicamos a hablar, y nos hemos olvidado de escuchar.

A lo mejor estamos viviendo ese momento en el que todo cambia. Volver a la calma. Dejar de politizar todo. Socialmente, volver a ser auténticos y no un “avatar” construido con medias verdades que flota en la red. Que la verdad vuelva a ser un pilar del periodismo, por encima de los artificios y la primicia.

Quizás haya llegado el momento. Ojalá el mundo deje de parecer una olla exprés a punto de estallar….

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