martes, 4 de abril de 2017

YO NO QUIERO UN ENTIERRO...¡QUIERO UNA FIESTA!


El otro día estaba reflexionando sobre la muerte y, ¿sabéis que me gustaría? Que cuando fallezca me hagan una fiesta.

Cuando alguien muere, siempre se enfoca el duelo en relación al vacío que se deja y al dolor que este hecho produce. A mí me gustaría que, en mi caso, se enfocara en la suerte que ha tenido la gente de haber compartido conmigo un trocito de su camino (¡si esto ha sido así, claro!) y de lo que yo he podido aportar a sus vidas.

Muchas veces vemos la vida como un viaje que realizamos solos, pero en realidad somos el fruto de la interacción con los demás. Nuestra forma de ser se fragua al calor de la relación con nuestras familias, nuestros amigos y nuestro entorno. Todos nos han aportado algo y, nosotros a su vez, también les hemos aportado algo.

Lo que quedará cuando nos hayamos ido será el recuerdo y la huella que hemos dejado en los demás. Me gustaría que la gente compartiera esos recuerdos con los demás y que formaran el puzle de mi vida con esos pedacitos de mí que cada uno posee.

Sería bonito irse de este mundo sabiendo que has dejado algo bueno para los que se quedan y no solo dolor y sufrimiento. La vida seguirá y tú recuerdo, tú ejemplo, tús consejos y tú cariño, vivirán por siempre en el corazón de aquellos que compartieron tu vida.

No hay comentarios :

Publicar un comentario