miércoles, 6 de septiembre de 2017

INDEPENDENTISMO: FINAL DE TRAYECTO

Albert García / Quality Reuters

Si hace 10 o 15 años me dicen que hoy estaríamos viendo como Cataluña vota en el parlamento una ley de desconexión del Estado Español lo hubiera calificado de ciencia ficción. Es más, si a cualquier catalán (que no fuera de Esquerra) se lo hubieran planteado, tampoco lo hubiera creído.

¿Qué ha pasado en estos 15 años para que una sociedad se plantee dar este salto al vacío? ¿A caso el ejército español se ha dedicado a asediar a Cataluña? ¿A caso los independentistas han sido perseguidos en las calle y han sido encarcelados? ¿A caso se han limitado las libertades esenciales en territorio catalán?

Pues no. Lo único que ha ocurrido es una brutal crisis económica. Si, señores, de seguir así, acabaremos partiéndonos la cara por dinero. Solo por el puñetero dinero.

Yo creía que la idea de Solidaridad y de Igualdad era patrimonio de la izquierda. Ahora veo como la Izquierda, tanto la catalana como la española, intenta romper este equilibrio entre comunidades autónomas que da el estado para favorecer a unas respecto a otras. Las leyes del juego ya no son iguales para todos. Si no puedo ser distinto al resto, mejor, no quiero estar en el estado.

Lo más triste de todo esto es, que no somos la gente los culpables de esto. Ni catalanes, ni el resto de españoles. Son los malos políticos los que nos avocan al desastre. Los que nos venden mentiras para que votemos lo que ellos quieren.

Mientras, económicamente Cataluña se desangra, los políticos alimentan el odio entre vecinos y empujan a todos los catalanes hacia el abismo, sin importarles su opinión.

Solo hay dos opciones para Cataluña según sus políticos: O la independencia, o el caos.

Demos la bienvenida al caos.

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