jueves, 30 de noviembre de 2017

UN "YO" EN LAS SOMBRAS


Todos tenemos un yo en las sombras. Ese que es envidioso, que odia, que es curioso en las desgracias, que frena el coche para mirar cuando hay un accidente al otro lado de la calzada. Que esclavizaría y abusaría a otras personas. Que robaría. Que sueña con controlar la mente de los demás para obligarles a practicar las más sucias perversiones sexuales. Que pisaría el acelerador a tope en una recta, mientras grita y cierra los ojos.

Todos tenemos un yo sin reglas y sin límites. Que añora el desenfreno, lo instintivo, lo primario…Ese yo que surge en los conflictos bélicos y convierte a los hombres en verdaderos monstruos.

Un yo hedonista, lujurioso, ambiguo, sucio y vulgar.

Si, tú también lo tienes ahí dentro y lo sabes. Siempre buscando un resquicio para asomarse y ofrecerte placeres y euforia sin límites. Un yo que da miedo porque no mide las consecuencias. Que podría destrozarte la vida en un instante, o podría darle un sentido que ni imaginas.

Prisionero de la moralidad, la cobardía, la culpa y las reglas sociales, espera agazapado buscando un signo de debilidad.

Por suerte para la humanidad el bien prevalece. Si el mal prevaleciera tendríamos vidas cortas e intensas. Gracias al bien las tenemos largas y…vacías.

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